Seguramente muchos aficionados creen que el Málaga lo tiene controlado pero yo veo un descontrol tan desmesurado que puede dejar a los malaguistas en el estadio mudos.
Ya no digo por la cantidad enorme de goles que podía haber encajado el equipo malagueño en el descampado de Vigo, sino por la cantidad de goles que de afinar los jugadores del Celta irán al fondo de la red y no a los palos ni al larguero.
En cuanto a Sergio Pellicer, que espero que no le renueven, tiene la obligación de ascender al Málaga CF a Segunda División por la cuenta que le trae. Y más a sabiendas los cuantiosos palos que lo han salvado de perder en Balaídos.
Estoy seguro el partido volverá a copar los récords de asistencia a la Rosaleda el próximo sábado. Los malaguistas han podido ver que el gran peligro del Celta Fortuna es dejarlos correr, por la misma regla que los jugadores del Málaga corren como viejos de ochenta años que se asfixian en la primera tirada de cien metros.
Precisamente el gol del empate es de una ejecución impecable donde el jugador del Celta le gana la espalda al malaguista, el portero se ve obligado a salir y antes del bloqueo el delantero pega a la pelota pillándolo a traspiés enviando el balón a la red.
No hay más que ver la fiereza del jugador del Celta celebrando el gol del empate para saber que el próximo sábado no van a venir a pegar con el balón en los palos y durante ésta semana se van a dedicar a afinar para destrozar la red de la portería malaguista.
Avisados quedan!
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