Lo de Pellicer y su cuerpo técnico es de párvulos pero hay que reconocer que tiene carisma para vivir del cuento como entrenador de equipillos de poca monta con sus habilidades para el mea culpa.
Lo vengo diciendo hace mucho tiempo pero muchos aficionados secundan a Pellicer. Me recuerda a Julio Andreotti, un político italiano. Le preguntaron cuál era el secreto de su trayectoria como primer ministro de Italia y contestó: "Gobernar pareciendo que hago algo y no hacer nada."
Seguramente es una marca que ha traspasado fronteras para vividores del fútbol. Ni siquiera los vascos que ha contratado el Cortijo malaguista dan la talla en el club. Y supuestamente son profesionales que han llegado con carta de excelencia.
Así de grande tienen que ser los enchufes en los catálogos de representación y contratación futbolística. La mafia del fútbol con tentáculos bien largos para vivir del cuento y hacer pardillos a los equipos con aspiraciones antimadridistas.
Y encima también están los mandamases del club que cayeron en la trampa de enchufarse a los caudales exagerados. La ensalada perfecta malagueña no es saludable con una tropa de políticos en la ejecutiva.
Ya sabemos que en España se valora al trepa, al ladrón, al gracioso, al imbécil, al tonto del pueblo, al pardillo, al cagao y al vividor cuentacuentos con leyendas para divertir a los majarones.
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