Entre los criterios abundan los que no entienden que Pellicer ordene al equipo plegarse en los últimos diez minutos de los encuentros, y eso no gusta a casi nadie.
En mi equipo plegarse durante los encuentros, lo hacíamos. Pero no de la manera que lo viene haciendo el Málaga, que le ha causado la pérdida de puntos en algunos de ellos.
Uno de los criterios más aceptados por los aficionados malaguistas, trata de colocar un jugador en punta en los momentos que el equipo se pliega, defendiendo en su área con un resultado favorable en los últimos minutos del partido.
El problema de un jugador en punta es la dificultad de correr en un contrataque todo el campo por delante, con el balón entre las piernas, sin contar con otro jugador en punta que aligere la carga, para no confrontar al portero asfixiado.
Por eso en mis equipos yo colocaba dos jugadores en punta, con el estricto detalle de permanecer ocultos sin que el equipo rival los detecte.
Aaaaahhh!. Y ustedes preguntarán cómo se hace eso?.
Los jugadores del Málaga CF poco listos, no usan el patadón por creerse lo que no son. Contener la pelota entre los pies en el área pequeña hace que el equipo decepcione con los resultados.
Los jugadores rivales les han robado a los malaguistas la pelota no pocas veces en el área pequeña.
Que sucedan melés caóticas en el área pequeña del Málaga CF nunca han sido buenas y el equipo ha visto frustradas la consecución de puntos.
Por otro lado los jugadores más listos del Málaga usan el patadón enviando la pelota cruzada hacia la banda lo más lejos posible del área malaguista.
Es decir, defendiendo el área pequeña suelen envían el balón a los extremos del campo por donde la pelota corre hasta salirse por la línea.
Los extremos del Málaga, carecen de valor si están siendo mal usados en la defensa, cuando deberían ser los puntas que recojan los balones despejados con patadón, poniendo a prueba la potente velocidad de crucero que atesoran, para sorprender a la portería rival con contrataques.
Cuando ataca el equipo rival, los extremos defienden fuera del área pequeña, situados estratégicamente cerca de las esquinas del área grande.
Una vez los atacantes los han superado en el área grande, los extremos se sitúan esperando los pelotazos de la defensa hacia las bandas del campo fútbol, para coger el balón y correr libres por los extremos, provocando el caos en el repliegue del equipo rival.
Al quedar el equipo rival por detrás en el ataque, los extremos correrán en paralelo, uno llevando el balón y el otro sin balón.
Y lo que ocurrirá es que van a confluir apoyándose en el ataque al portero rival al borde del área grande, con un 90% de posibilidades de que el contrataque sea gol.
Estrategia de Bernabé Ramírez.
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