El partido definitivo se vive incluso en la propaganda y en los intereses de unos y otros. Las peñas malaguistas reclaman su parte en el negocio y los grupos y solitarios pelean por una de las 500 entradas que va a proveer la ejecutiva del Málaga CF.
Sinceramente me importa un pepino lo que hagan las peñas con su negocio y también quienes sean los dueños de esas 500 entradas para el Nou Estadi tarraconense.
Lo que me interesa fijo es el estado psicológico de los jugadores del Málaga. Tan solo jugar en Tarragona con la misma actitud y eficacia que en la Rosaleda, significa que el Nástic caerá en su propio campo.
Oigan!. Que el partido de la Rosaleda pese a todos los fallos arbitrales y las polémicas fue un partidazo. El Nástic de Tarragona no es un cualquiera sino un equipo formado específicamente para subir a segunda división.
Estoy segurísimo que si el Nástic no sube a segunda división esta temporada por su enfrentamiento con el Málaga CF lo hará la próxima temporada y nos volveremos a enfrentar.
Y digo una cosa: me parece estupenda esta rivalidad que debería ser de respeto por este rival, catalogarla esencial para las aspiraciones de ambas aficiones. Da igual lo que digan. El Málaga CF está en ebullición porque se sabe lo difícil que será el partido final, que de otra forma sería soporífero e insoportable si no genera alicientes entre rivales.
Estos partidos contra el Nástic de Tarragona han sacado lo mejor de los jugadores del Málaga CF. Me da igual lo que digan los más radicales. Detrás de los goles de Roberto hay un trabajo de campo y fuerza de un conjunto de jugadores que sueñan con jugar en profesionales para demostrar su valía.
Y respecto a Pellicer, de ascender, sigo pensando que debería ser renovado, pero también que debería tener un asesor especialista en rendimiento físico.
No se trata de contratar otro preparador físico, sino un asesor con conocimientos en rendimiento físico, que no abundan ni se encuentra en cualquier esquina.
Son palabras mayores para ayudar a alguien como Pellicer, que lleva media vida deseando convertirse en un gran entrenador. Con cincuenta y pico años es un chaval.
Sobre el partido de Tarragona, el Málaga CF tiene que hacer lo mismo que ha hecho en la Rosaleda: secar al Nástic.
Controlar las salidas del Nástic en el inicio del segundo tiempo es otra acción a tener en cuenta de un equipo herido que también se juega el ascenso. Nos metió un gol fulminante.
También espero que Roberto aguante su vela para no caer. Ya sabe que no le pitarán penalti a favor. Lógico que no desaproveche la mínima oportunidad de ejecutar la portería rival si logra no caerse.
Y sobretodo, al final, respeto por el Nástic de Tarragona. El gran rival que necesitaba el Málaga CF.
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