Pero qué voy a hacer si hay muchos malaguistas que creen tener avanzados conocimientos de entrenamiento deportivo como si estuviera al alcance de cualquier idiota que se saca el carnet de entrenador o de preparación física.
Si eso fuera así, no entiendo por qué a los preparadores físicos del Málaga CF no los ha contratado el Real Madrid. No creo que estén en el Málaga CF de 1°RFEF por amor al club malaguista.
A mí no me contratarán nunca. Soy un excluido, un individuo incontrolable. Y si fuese director deportivo y le ponen a los jugadores de mi equipo una rutina plagada de obstáculos que cruza los 90 metros del campo futbol, preguntaría qué tipo de ejercicio es ese, con el inmenso peligro para el preparador físico o entrenador, que de contestarme erróneo diciendo que la rutina es anaeróbica, lo plantaría enseguida en la puta calle.
Así que la controversia del Málaga CF contra el Nástic de Tarragona no tiene razón de ser. Haber arrasado contra todos los rivales de la competición o al menos haber sido tan eficaz como el Castelló CF y ya estaríamos en segunda división. Es lo que tiene ser pardillos y hacer las cosas mal.
El Nástic de Tarragona es un rival como otro cualquiera. No tiene nada de especial. La portería rival mide lo mismo que la propia: 7,32 x 2,50 metros. Suficiente espacio para meter un puñado de goles.
Si dejas que en La Rosaleda devoren a tu equipo, mírate a tí mismo, valora tu nivel. Lo que entrenas se verá en el campo de fútbol en competición. Si tu nivel es chatarra en los entrenamientos, será chatarra en el partido contra el Nástic, te pongas como te pongas.
O ganas al Nástic por un mínimo de dos goles de diferencia en la Rosaleda y resistir en el Nou Estadi, o prepárate para otra temporada con los pardillos de Primera Federación. No valen las excusas.
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