Os ponéis cerca de la pared boca abajo como si fueséis a hacer flexiones, a una distancia cercana que podáis subir los pies por la pared por encima de un metro desde el suelo.
Una vez tengáis los pies arriba en la pared aguantad lo que podáis sobre vuestras manos.
Cuando no podáis más, bajáis. Sin recuperar, al balón de fútbol le dais una patada para meter gol.
Lo más normal es que ni te levantes a darle una patada al balón. Si te levantas lo más probable es que patées y el balón vaya descontrolado hacia cualquier parte. Si metes gol es que eres un tío con suerte, no creo que te salga una segunda vez.
La cuarta opción es que seas un jugador bien entrenado. Sales de la pared y sin hacer recuperación te recuperas de inmediato y te permite disparar a puerta con acierto sin que el balón se descontrole para hacer gol.
Así de fácil es la prueba. Si eres capaz de hacerlo diez o veinte veces seguidas eres un fenómeno bien entrenado.
Si no, estás muy mal entrenado. Eres un jugador chatarrero que en cuanto te aprietan un poco en el campo de fútbol durante un partido, te vas a hundir y crearás un agujero defensivo por donde el equipo contrario hará gol.
Si no lo crees te invito a que hagas este ejercicio. Si después de mantenerte en la pared todo el tiempo que puedas aguantar aún tienes capacidad de disparo y meter gol, tienes un entrenamiento excelente.
Que lo hagan los jugadores del Málaga CF te llevarías desagradables sorpresas. Tus ídolos de barro caerían como una pesada losa.
Los aficionados malaguistas que hacen deporte como el running de forma habitual, pueden explicar con bastante claridad qué les ocurre cuando otro corredor con mayores prestaciones los acompaña en volandas algunos kilómetros.
Quedarse con la lengua fuera, los músculos ardiendo y el corazón disparado sin poder hablar, suele ser desagradable. Más cuando el otro que les ha llevado en volandas ni siquiera ha sudado y habla con toda normalidad.
Otro ejemplo lo podemos encontrar en una carrera como el medio maratón de Málaga. Cuando dan la salida de la prueba los grandes atletas se corren delante y provocan lo que se llama "Tren de carrera".
Cuando los grandes atletas tiran del grupo, los que van por detrás quieren seguirlos, y es cuando se produce el fenómeno, que los de más atrás no quieren perder la estela de los que van delante.
El desenlace es que todos corren más rápido que lo que tienen entrenado. Quienes no aguantan el tren de carrera se hunden físicamente en los primeros kilómetros. La pájara hace su aparición y provoca fallos musculares en general al punto de que llegan a la meta andando si no se han visto obligados a retirarse.
Pues en los jugadores del Málaga CF ocurre lo mismo. A partir de los quince minutos de escaramuzas futboleras y enfrentamientos cuerpo a cuerpo se empieza a ver quiénes se arrastran y van andando por el campo.
Esto los grandes entrenadores lo saben y es por ahí por donde empiezan a mover las jugadas para noquear al equipo contrario.
Quien no lo ve es porque es tonto o no sabe.
Los jugadores malaguistas parecen atacantes y no defensores.
Malaguistas y tinerfeños tienen las posiciones cambiadas.
Y tres jugadores malaguistas caminando en el limbo sin defender el área pequeña, como si la cosa no fuera con ellos.
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